Cuando el cielo está nublado y gris, y comienza a lloviznar, es hora de que entre, es hora de libros y escribir. Los días de lluvia me hacen feliz; me recuerdan que la vida es alegre. Me gustan los días de lluvia porque son relajantes, un recordatorio de que todo terminará muy pronto. Aunque puede ser fácil sentirse mal por el mundo. Todo lo que ves son nubes en el cielo, y parece que nada va bien. El gris del mundo puede parecer deprimente, pero todavía hay cosas que deberían hacernos felices. Incluso en los días en que todo parece sombrío. Recordar todas estas cosas puede ayudarnos a mantener una actitud positiva durante los momentos difíciles. Cuando miras al cielo en un día nublado, todo lo que puedes ver son nubes. Es como si el sol y el cielo azul hubieran desaparecido, dejando las nubes como único presente. El mundo parece tan gris y lúgubre, y es difícil ver lo bueno en el día. Las nubes pueden tener un efecto negativo en tu estado de ánimo y puede ser difícil encontrar algo para disfrutar. Sin embargo, si tratas de concentrarte en las cosas positivas del día, las nubes realmente no pueden molestarte. Incluso en un día nublado, todavía hay cosas para disfrutar. Intenta concentrarte en las cosas positivas y podrás superar cualquier obstáculo.
«Que llueva, que llueva,
la virgen de la cueva,
los pajaritos cantan,
las nubes se levantan…
Que sí, que no,
que caiga un chaparrón
con azúcar y turrón.
Que se rompan los cristales de la estación.»
 El amanecer en la Ría de Arosa |  Caminar es único porque es una actividad solitaria que nos permite asimilar nuestro entorno |  Cada vez que paso por debajo del puente |
 Viejo puente, puente de piedra. |
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