Que ben comías meu Felipe !!!
Felipiño que boa lengua tiñas !!!
Quen comerá agora os nosos figos ??!!
Quen comerá coma ti as rosquillas no campo das ferias ??!!
El enterro del “Felipe” o del “Felipiño” entre nosotros… entierro de la “Sardina” en otros lugares… entierro del “Loro Rovachol” en Pontevedra… entierro del “Momo” en Santiago de Compostela… consiste en un desfile golfo, de tono desenfadado y jocoso, con larga tradición en la Península Ibérica e Hispanoamérica. Consiste en procesionar una figura grotesca hecha de trapos, cartones, ropas viejas, etcétera, que representa los vicios y los excesos atribuidos al desenfado del Carnaval, acompañado de una comparsa grotesca de vecin@s disfrazad@s de cortejo fúnebre que entonan coplas satíricas y gritan expresiones llenas de picardia a su paso por la localidad.
Antiguamente este procesionar y quemar un simulacro de fantoche era anuncio del final de las alegrías y excesos de don Carnaval y de la llegada del tiempo de ayunos y penitencias impuestos por doña Cuaresma. El día propio de esta celebración es el posterior al martes de Carnaval, ritual profano adaptado por la Iglesia como miércoles de ceniza. Aunque en fechas contemporáneas, en otras localidades como A Pobra do Caramiñal, se trasladaría al sábado víspera del “Domingo de Piñata” para procurar una jornada festiva de fin de semana.
Copla satírica que se cantaba (adaptando el nombre objeto de inocentada según el lugar que se usaba). Esta, escuchada hace 70 años en Palmeira, dice así:
Un vecino disfrazado de sacristán y otro de cura con ropa de entierro. Se alternan en las voces:
Con un caldero de latón y escobilla en funciones de cubo e hisopo de agua bendita…
EL CURA.— Remexe! Remexe! Remexe!
El CURA.— O que queira mexar, que… mexe…!
EL SACRISTÁN.— Na casa de tía Juana “a çereira” non hai cañeira…!
El SACRISTÁN.— Pola noite caja no balde, pola mañán botao á cañeira…!
El CURA.— Remexe! Remexe! Remexe!
EL CURA.— O que queira mexar, queeee meeeexxeee!
Y lanzaba agua escobilla al aire como benficiendo
EL CURA.— Dominous vobiscum!
TODOS A CORO.— Totum nos promiscum!
Y continuaban a lo largo del lugar, la calle o la aldea con la misma copla cambiando la identidad (nombre y mote) por el de otr@ vecin@ de esas zonas