Las tormentas son como la vida misma. A veces son difíciles, a veces son aterradoras, pero siempre hay una luz al final del camino, son la manera en que la naturaleza nos limpia y renueva. Nos recuerdan que debemos dejar atrás lo viejo para dar paso a lo nuevo, son la manera en que la naturaleza nos muestra que todo cambia y nada permanece igual. Nos enseñan a ser pacientes y a esperar a que pase la tormenta para ver el sol de nuevo.