Algunos dicen que el trabajo duro no ha matado a nadie, pero yo me digo ¿Por qué arriesgarse? El horizonte es negro, la tempestad amenaza; trabajemos. Este es el único remedio para el mal del siglo. Nunca te das cuenta de lo que has hecho; sólo puedes ver lo que queda por hacer. El cerebro es un órgano maravilloso. Comienza a trabajar nada más levantarnos y no deja de funcionar hasta entrar en la oficina.



