La lluvia no arruina el día, simplemente lo hace diferente. No puedes escapar para siempre de la tormenta: debes aprender a hacerle frente. La vida no se trata de esperar a que pase la tormenta, sino de aprender a bailar bajo la lluvia. La lluvia es como una promesa de renovación, recordándonos que después de cada tormenta viene un arcoíris lleno de esperanza.




